La tarjeta de crédito es una herramienta central en nuestra economía diaria. Hacer grandes compras en cuotas o acceder a promociones y descuentos en comercios son beneficios que, bien usados, pueden ayudarnos a disminuir nuestros gastos mensuales. Sin embargo, entender a las tarjetas como una extensión del sueldo puede llevarnos a un espiral de endeudamiento del que muchas veces resulta difícil salir. ¿Es bueno recurrir a la opción de pago mínimo para financiar nuestras deudas?

¿Cómo funcionan las tarjetas de crédito?

A grandes rasgos, las tarjetas de crédito son instrumentos de pago gestionados por una entidad financiera o una empresa emisora de tarjetas de crédito. Ésta pone a disposición del titular una cantidad de dinero al que éste puede acceder libremente mes a mes. 

Se trata de una suerte de “préstamo” que se extiende hasta el momento de la liquidación, generalmente mensual. Durante ese tiempo, el usuario hará todas sus compras y al cierre del período recibirá un resumen de gastos que deberá abonar. Si la cuenta corriente dispone de fondos suficientes para realizar el pago, entonces se mantendrá el crédito y no habrá que pagar ningún tipo de comisión ni interés. 

A diferencia de lo que ocurre con las tarjetas de débito, los fondos a utilizar no deben estar depositados previamente, sino que la deuda se irá generando de manera automática a medida que se vaya utilizando para retirar efectivo o realizar pagos. 

¿Qué es el pago mínimo?

Las entidades bancarias brindan a sus usuarios la opción de abonar el importe mensual de manera total o parcial. Esto último es lo que se conoce como pago mínimo y genera en la deuda pendiente intereses adicionales que se irán acumulando en la medida que no se salde la totalidad del capital adeudado. 

El mínimo de la tarjeta no es siempre un porcentaje fijo. Normalmente se conforma por cerca del 5% del saldo de deuda más la totalidad de los gastos no financiables, que variarán según las compras que haya realizado el usuario.

Aunque realizar pagos parciales pueda parecer una gran alternativa para saldar gradualmente una deuda grande, la realidad es que el monto mínimo está compuesto mayoritariamente por intereses, impuestos y comisiones, por lo que abonar sólo eso cada 30 días no hace descender la deuda original y puede, inclusive, aumentarla. A los intereses compensatorios, que son aquellos que se generan por no abonar el resumen completo, se le suman también los intereses punitorios, por abonar luego del vencimiento.

¿Cómo evitar caer en la trampa del pago mínimo?

Utilizar la tarjeta de crédito como si fuese una extensión de nuestro sueldo, realizando el pago mínimo y financiándose mes a mes, es lo mismo que pedir préstamos sin garantía. Por eso, las tasas pueden más que duplicar el costo de lo que se haya comprado.

Como hemos detallado en otros artículos de este Blog, llevar una vida económico-financiera ordenada es fundamental para no caer en deudas que puedan transformarse en bolas de nieve imposibles de parar. Llevar un control estricto de los gastos realizados y presupuestar los futuros es la mejor manera de llegar a fin de mes con el resto suficiente para cubrir los costos de la tarjeta.

Sin embargo, si ya se optó por la opción del pago mínimo, es importante informarse bien sobre las opciones de financiación que brinda el banco para saldar la deuda generada. Algunas entidades, por ejemplo, ofrecen opciones de pago en cuotas que permiten continuar con la utilización de la tarjeta. El monto total se divide entonces en pagos fijos mensuales que se cargan a la tarjeta como si fuese otro consumo cualquiera. 

Las estadísticas muestran que la tasa de cumplimiento en pago de deudas aumenta cuando se conoce de antemano el valor del monto a pagar. Sin embargo, es importante tener en cuenta la importancia de consultar previamente el CFT para saber cuánto realmente se terminará pagando.

Si bien estas opciones pueden ser muy buenas, lo recomendable es saldar la totalidad de la deuda en un solo pago. Para ello, la mejor alternativa es recurrir a otras fuentes de financiación que reemplacen esa deuda por una más económica. En ese sentido, los préstamos personales pueden ofrecer una tasa menor, cuotas fijas y a plazos más largos, lo que permite reducir el impacto de la deuda.

Y vos, ¿sos de pagar el mínimo de la tarjeta?

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