Las herramientas de financiamiento (créditos, préstamos y tarjetas de crédito) son muy útiles, sobre todo al momento de una emergencia. Pero como toda herramienta, hay que saber utilizarlas inteligentemente y que no te terminen jugando en contra. 

Por ejemplo: las cuotas sin interés son suuuper cómodas porque sentís que el consumo no pega tan fuerte y te da más rango de acción para invertir en otras cosas sin necesidad de tener que comer arroz el resto del mes. Pero hay que tenerles, digamos, respeto… ¡como al mar! 

Tomar decisiones financieras cautelosas implica llevar un control para cumplir correctamente con el pago de las cuotas. Supongamos: si tuviste que hacer en 3 cuotas un gasto de $20.000, no tiene gracia que después hagas más gastos que igual, en la sumatoria de las cuotas, te acerquen a ese monto con el cual se supone que no contabas y ahora tenés que ver de dónde lo sacás. 

Repasemos un poco las particularidades de las herramientas financieras que te mencionamos:

  • Préstamos: son una forma común de financiamiento a corto o largo plazo. Se suele recurrir a ellos para iniciar o expandir emprendimientos, adquirir una propiedad o financiar otras necesidades. Suelen tener tasas de interés más bajas que otras formas de financiamiento.

Compras con tarjetas de crédito: las tarjetas de crédito son la forma de financiamiento a corto plazo más común. Podés usarlas para comprar bienes y luego pagar la deuda a una tasa de interés establecida por el emisor de la tarjeta. Tené en cuenta que son una buena opción, pero a veces tienen tasas de interés más altas que los préstamos y pueden resultar costosas si no se pagan a tiempo.

Ahora, ponele que te querés comprar el aire acondicionado que tanto venís deseando verano tras verano: ¿conviene financiar esa compra o no? Seguí leyendo.

Financiar compras puede ser una opción conveniente en algunos casos, pero también puede ser costosa si no se gestiona de una forma adecuada. Algunos factores a considerar al decidir si financiar una compra o no incluyen: el propósito de la compra, la tasa de interés, el índice de inflación, la duración del financiamiento y la disponibilidad de fondos para pagar dicho financiamiento.

Traduciendo, en términos generales, financiar compras puede ser conveniente si:

  • Necesitás financiamiento a corto plazo para adquirir un bien o servicio de alto valor, como un electrodoméstico o una reparación del hogar.
  • La tasa de interés del financiamiento es razonable, es decir, no supera el índice estimado de inflación y se puede pagar a tiempo.
  • Contás con una fuente confiable de ingresos para pagar el financiamiento.

Por otro lado, financiar compras puede no convenirte si:

  • Necesitás financiamiento a largo plazo para adquirir bienes o servicios de un bajo costo, como ropa o entretenimiento.
  • La tasa de interés del financiamiento es alta y te impide pagar el préstamo a tiempo. Esto puede llevar a la acumulación de intereses y cargos adicionales que terminan afectando negativamente tu historial crediticio.
  • No tenés una fuente confiable de ingresos para pagar el financiamiento. Esto puede traducirse en una futura acumulación de deudas y poner en riesgo tu salud financiera en el largo plazo.

Nuestra recomendación es que tomes la financiación como un compromiso a futuro. Si ves que no podés cumplirlo, es preferible que no arriesgues tu historial crediticio con problemas financieros que se te vayan de las manos.

Y si surge una eventualidad, ya sabés: contás con nosotros para bancarte.

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