Un día te despertás, te das cuenta de que te quedaste sin crema dental, se te cae el mate y queman las tostadas, llegás tarde al trabajo y tu jefe no parece feliz… a pesar de todo, vos vas y hacés lo tuyo. Jornada laboral terminada, vas de vuelta a casa, el agotamiento se apodera de vos y le das un cierre al día para repetir misma rutina al siguiente. ¿Te suena familiar?
En todo ese tiempo, pasaron muchas otras cosas que te hicieron pensar repetidamente: “quiero independizarme”, y hasta te pareció un planazo irte a vender choclos en la costa, te re bancamos si lo decidís, igual.
Pero hay que tener cuidado con que la desesperación no se apodere de tu criterio, porque hay quienes se aprovechan de eso y ¡PUMBA! Pintó estafa. Ya sea porque busques otras alternativas de ingresos o te aborden ofreciéndote el cambio de tu vida, siempre hay que estar al pendiente de que no se trate de una estafa piramidal. ¿Escuchaste sobre ellas? Seguí leyendo que te contamos más.
También conocidos como ‘esquemas Ponzi’, este tipo de supuestos negocios se basan en los aportes monetarios de nuevos miembros al momento de ingresar. Te prometen un nivel de ganancia increíble en un corto tiempo y vos lo único que tenés que hacer es invertir un monto inicial en la empresa.
Luego de abonado este monto, te insisten en que tus ganancias van a crecer mucho más si buscás que otras personas entren a la empresa; parte de lo que esas personas referidas por vos paguen al ingresar, va a ir a parar a tu bolsillo.
Así se va formando poco a poco la red que sostiene el negocio; lo que vos abonás va a quien te refirió, lo que abonen aquellos a quienes vos refieras va para vos y así sucesivamente. ¡Pirámide completada y en pleno crecimiento!
¿Uno de los secretos de este tipo de estafas? Por lo general, no tienen ningún producto o servicio a ofrecer que justifique esa inversión inicial, sino que esas inversiones son lo que sustentan todo el negocio, por eso la importancia de que se unan cada vez más personas. Pero ojo, hay empresas con el mismo formato que sí cuentan con productos a la venta, como esta famosa marca de batidos y tés para adelgazar. El tema acá es que las ganancias no vienen de la venta de los productos, sino del ingreso de nuevos vendedores o distribuidores.
Otra característica de estos fraudes, es que muchas veces le suman un componente espiritual (como si se tratara de un libro de autoayuda) para captar personas y para que nadie sospeche de que se trata de una farsa. No pensarías mal de una persona que te habla lindo y muestra intención de ayudarte, ¿no? ¡Ese es su truco!
Resumiendo: la clave es que si tenés que dar una inversión para entrar: ¡por ahí no es! Si tenés que llamar a más personas para que crezcan tus ganancias: ¡por ahí tampoco! Si te prometen ganancias absurdas en poco tiempo, acompañado de un discurso motivacional: ¡por ahí menos! Si es todo lo anterior junto: ¡SALÍ DE AHÍ, MARAVILLA!