Un fondo de emergencia es una pieza fundamental en la gestión de tus finanzas personales. Te brinda tranquilidad y seguridad en momentos de incertidumbre o cuando te surge algún imprevisto, y tu pensamiento recurrente es: “necesito dinero urgente hoy”. Incluso cuando se presenta un arreglo que no esperabas en tu casa o te quedás sin trabajo.

Por eso, trabajar por un fondo de emergencia que te ayude a enfrentar esos momentos, significa una buena decisión que podés tomar por tus finanzas. ¿Cómo podés generarlo? Te lo contamos acá.

Definí un objetivo

Tenés que establecer una meta para tu fondo de emergencia. Un objetivo común es ahorrar de tres a seis meses de gastos básicos, pero esto puede variar según tus circunstancias personales. Analizá tus gastos mensuales y decidí cuánto necesitás para sentirte seguro en caso de una emergencia. Si necesitas ayuda con el registro de tus gastos, te dejamos este artículo que te va a aportar claridad.

Priorizá el fondo de emergencia

Tiene que estar en tu lista de prioridades financieras. Esto significa que debés destinar una parte de tus ingresos a este fondo antes de considerar cualquier otro gasto.

Automatizá tus ahorros

Configurá una transferencia automática desde tu cuenta principal a una cuenta de ahorro dedicada al fondo de emergencia. Esto te va a permitir automatizar la prioridad de tu fondo dando pequeños pasos hacia tu tranquilidad.

Utilizá ingresos extras

Cuando recibas ingresos extra, como un bono o un trabajito extra que no habías contemplado o un reembolso de impuestos, considerá destinar una parte de esa plata a tu fondo de emergencia.

Recordá que armar un fondo de emergencia lleva tiempo y disciplina, pero vale la pena: los beneficios de tener esa tranquilidad son claves para tu salud financiera.

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