Empezá el año con tus cuentas al día y objetivos actualizados. ¡Allá vamos!
Lo ideal al momento de armar un presupuesto es poder armar algo que sea personalizado. Es decir, que nos funcione por sobre todo a nosotros. Entonces, ¿cómo armar uno? Casi todos los presupuestos tienen elementos en común. Algunos de ellos son:
- El seguimiento de los ingresos y egresos: lo que entra de dinero y lo que gastás en comida, alquiler, entre otras cosas.
- Los gastos fijos: los que sí o sí tenés todos los meses.
- Los gastos variables: los que varían según consumo, situación, contexto.
¿Cómo empezar?
Primero: identificá todos tus ingresos. Si tenés más de un trabajo, hacé un listado donde puedas ver la cantidad de plata con la que vas a contar cada mes. Luego, de ese monto, ¿qué cantidad podrías ahorrar? Recordá que el ahorro no es lo que te sobra cada mes, si no una suma de dinero que separás para cumplir un objetivo o meta. Por ejemplo: armar tu emprendimiento, irte a un destino de vacaciones, etc.
Segundo: identificá tus gastos y categorizalos. ¿Todos los gastos que hacemos son necesarios? Ordenalos por preferencia y necesidad puede ayudarnos. Por ejemplo: es necesario que pagues la luz o compres comida, pero quizás es preferente que por ese mes no hagas tantas salidas a comer afuera. Luego podés categorizar tus gastos por: comida, educación, entretenimiento, entre otros y establecer un monto mensual para cada uno.
Tercero: intentá tener un fondo de emergencia. Con los ingresos, egresos y gastos organizados, en la medida de lo posible, tratá de contar con un fondo de emergencias que cubra cualquier gasto inesperado. Se calcula que si trabajás en relación de dependencia ese fondo sea al menos del equivalente a 3 sueldos mensuales, y si trabajás por tu cuenta, 6 meses contando tus gastos de cada mes.
Generar el hábito lleva tiempo. Date el espacio para chequear mes a mes tu listado, excel o documento para mantener tus finanzas equilibradas.