Comer más sano, hacer actividad física o cambiar de trabajo suelen ser los propósitos de año nuevo más comunes. Y es que con el comienzo de un nuevo año, el espíritu de que podés con todo y sos dueño de tu propio destino está en el aire.
Pero… ¿qué tal si sumás a esos objetivos saldar deudas pendientes? La estabilidad económica, salud financiera o como quieras llamarle, es de los propósitos más cotizados, creenos. Suena hermoso eso de dejar en el 2022 todo lo malo, ¡deudas incluidas! Acá te ayudamos a poner tus finanzas en orden y no morir en el intento con algunos consejos:
Armá un presupuesto: Tener un presupuesto mensual para controlar tus ingresos y egresos es el primer paso para encarrilar tus finanzas. Se trata, nada más y nada menos, de seguir minuciosamente a dónde estás destinando la plata que te está faltando. Identificar esto es el primer paso: si no lo hacés, olvidate del resto.
Adoptá el hábito de anotar todo lo que gastás, ¡hasta cuando cargás la SUBE!: De esta forma te evitás sorpresitas a fin de mes. Sobre esto ya tenemos un artículo donde profundizamos en este hábito para lograr tus metas de ahorro. Te contamos un poquito sobre este hábito: hay influencia japonesa detrás, así que nada puede malir sal.
Establecé tus prioridades y aferrate a ellas: ok, admitamos que a veces podemos ser medio blandengues en cuanto a mantenernos dentro de un presupuesto total y al final terminamos pidiendo un préstamo en Wayni y nadie vio nada, ¿no? Agradecemos la confianza, de verdad, pero también te recomendamos que evites salir de lo que te propusiste al principio salvo que se trate de una emergencia. En ese caso, ya sabés, Wayni te banca. Todo es cuestión de disciplina, que no es más que la ciencia de “seguir tus propias órdenes”.
Planificá tus compras con anticipación: si comprás bajo presión, te arriesgás a gastar de más. Hacer compras inteligentes significa que las incluiste en tu presupuesto mensual.
Recortá gastos innecesarios: realmente,¿necesitás 3 fundas para el celu? Y si las necesitás, ¿tienen que ser justo ESAS, tres veces más caras que las genéricas? Si querés estabilizarte económicamente, o alcanzar una meta de ahorro, pensá dos veces antes de soltar la plata (o sea: tené siempre el presupuesto en mente). Un ejercicio que te puede servir es simular la compra y ver cómo quedarían tus cuentas si terminaras haciéndola. Si te das cuenta de que no sacrificás nada, dale para adelante. En cambio, si el grito que pegaste despertó a los australianos, abandoná ese carrito, por lo menos por ahora.
Tratá de acortar en gastos “vampiro”: son esos que se ven muy inocentes, chiquititos, casi no se notan una vez que los hacés, pero todos juntos restan en tus cuentas y te alejan de tus objetivos. Ej.: Suscripciones, tv por cable, salidas al cine.
Usá las ofertas a tu favor: ¡OFERTA! ¡DESCUENTO! ¡LIQUIDACIÓN! Sí, esos cartelitos rojos y estruendosos son llamativos, pero, como siempre te decimos, no te dejes llevar con cada uno que veas. Ojo: si es algo que en realidad necesitás o que usás frecuentemente, ahí una oferta no viene mal. Hay que saber diferenciar cuándo estamos ante una compra innecesaria. El minimalismo puede ayudarte. También tenemos un artículo sobre eso acá.
Separá los ahorros a principio de mes: de esta manera te olvidás que esa plata alguna vez existió y cuando acordás, te llevás una linda sorpresa porque tu ‘yo del pasado’ no gastó plata de más.
Al principio puede parecer que estás yendo lento, pero de a poco también se avanza, todo suma. Armate de paciencia y no bajes los brazos solo porque de un mes a otro no veas progreso, la constancia es el camino más seguro hacia tu meta 😉